Transportista era aquel que tenía carnet de conducir para llevar un vehículo y su autorización correspondiente, y lo hacía con calidad y puntualidad. La realidad cambia con la llegada de actividades como por ejemplo: Cross docking, flujo tenso, compra por internet, explosión de las tiendas de proximidad, reparto nocturno, ultrafrescos…
Cada vez son mayores las ayudas técnicas para conducir, incluso ya visualizamos los vehículos autónomos. Le hemos dotado de medios técnicos como móviles, tablets, mejores vehículos, pero ¿le estamos formando en su uso?
A este transportista también se le presentan nuevos roles a desempeñar: Uno es el administrativo, puesto que se le requieren conocimientos informáticos a nivel de usuario, manejo de GPS, listas de clientes, direcciones, teléfonos, carga de incidencias… Labor de picker, lo que implica saber desmontar palés y dejarlos listos para revista, repartir desde palés multiproducto a monoproducto para entrega donde trabaja sin stock, hacer descarga, muy manual cuando sirva pequeñas tiendas de proximidad carentes de los medios de una gran superficies. Labor que podríamos llamar de sereno/vigilante, para entregas nocturnas, festivos y teniendo llave del punto de destino.
Piloto de todo terreno, para acceder donde están los frescos: campo de recolección, puerto pesquero. Dependiente/cajero, recogiendo firma e informando comercialmente a la entrega del producto, como hacen los buenos cajeros en la distribución. Relaciones públicas: Tiene una relación próxima con el cliente final, atiende quejas, soluciona problemas, da opciones de horario, puntos de recogida…
De ser un repartidor de paquetes que, si no está el cliente, deja una nota en el buzón, a llamar durante el reparto y concertar hora y punto de entrega dado que, de la relación cliente-transportista depende el éxito en primera entrega. Es la imagen de la empresa ya que esta deposita en el transportista una parte considerable de su imagen ante su cliente.
Sorprende que haya compañías que no vean la importancia de este factor y tengan personas que carecen de presencia, empatía y actitud de servicio. Los transportistas con alto porcentaje de entregas con éxito, indefectiblemente son personas que han establecido una magnífica relación con los clientes.
Estos roles, requieren que adaptemos los perfiles de selección. Ya no es suficiente el hecho de poseer determinado carnet de conducir, las aptitudes y actitudes que requiere este puesto, nos obligan a dotar de una formación que hoy pocos visualizan. Una vez más, llegamos tarde.