No importa hacia qué punto del horizonte se mire, en cualquier dirección se atisba una auténtica revolución que los profesionales de la Logística tendremos que afrontar en años venideros. El mundo del Transporte no va a quedar indemne a la misma, sino que se va a transformar hacia un nuevo modelo muy distinto del que tenemos hoy en día.
En la larga distancia la implantación masiva de nuevos tipos de combustibles, especialmente gas natural y electricidad, van a ser fomentados por incrementos de eficiencia y reducción de emisiones de CO2. El desarrollo de los “mega-trucks” que incrementan la capacidad de los camiones en un 57%, va en la misma dirección. Finalmente, iniciativas como la del “platooning” donde una hilera de camiones están mayoritariamente dirigidos por la conducción del primero, van a secundar la consecución de los mismos objetivos.
El transporte de la última milla, está también en plena ebullición. La implantación de soluciones eléctricas, bicicletas o soluciones intermedias para la logística en grandes ciudades es una tendencia imparable. No solamente esto, iniciativas basadas en robots para entregas domiciliarias se están desarrollando tanto en USA como en Europa.
Adicionalmente, el concepto de la economía colaborativa tiene mucho sentido para aprovechar trayectos que ya se están realizando. La imparable implantación del concepto de “Ciudades Inteligentes” (Smart Cities) va a condicionar irremediablemente esta actividad con el objetivo de reducir la congestión circulatoria y la polución atmosférica y sonora.
Sin ninguna duda la sostenibilidad es el común denominador de las iniciativas mencionadas y esto va a seguir dinamizando la búsqueda de nuevas soluciones energéticas y de cualquier otro tipo que probablemente todavía no seamos capaces de vislumbrar.
Finalmente, la guinda del pastel la van a poner las nuevas tecnologías. El Internet de las cosas para el seguimiento y gestión online del transporte, la aplicación de la inteligencia artificial para mejorar la planificación de recursos y el uso del blockchain para la gestión más eficiente de las transacciones relacionadas, hacen del transporte un campo abonado para la revolución digital. Pero, sin duda, la conducción autónoma, que será una realidad en mayor o menor medida dentro de unos años, va a significar la piedra de toque del modelo de transporte actual y por otro lado uno de los principales fundamentos del modelo de transporte del futuro.