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Con el crecimiento del comercio internacional y la creciente dependencia de la fabricación en Asia, el transporte marítimo se ha convertido en un eslabón cada vez más vulnerable dentro de la cadena de suministro global. Factores como la pandemia de COVID-19, las tensiones geopolíticas, los actos de piratería y los incidentes en rutas marítimas saturadas —como el Canal de Suez— han llevado a numerosas empresas a replantearse la necesidad de explorar alternativas que, sin reemplazar completamente al transporte marítimo, puedan al menos complementarlo. Sigue leyendo «La Nueva Ruta de la Seda»