En ocasiones, cuando se inicia un debate dentro de las empresas sobre si proceder o no a realizar el control y cálculo de la huella de carbono o emisiones de gases de efecto invernadero, aparecen en el escenario reticencias relacionadas con el incremento de trabajo, dedicación de recursos inexistentes e incremento de costes para la organización.
Ante esta predisposición de partida es importante no olvidar todos los aspectos positivos que se pueden encontrar en este tipo de proyectos, basados fundamentalmente en análisis de la actividad de la compañía, sus recursos, consumos y costes.
Si bien no cabe duda que una implantación de control de cálculo de huella de carbono supone un esfuerzo para la organización que lo acomete, no debe en sí mismo suponer más que una oportunidad para realizar análisis de la situación energética, consumos y de gestión de residuos de la organización para conocer sus posibilidades reales de reducir los costes energéticos y, por añadidura, sus emisiones.
Este tipo de análisis siempre muestra las oportunidades reales de las compañías en cuanto a su capacidad para aprovechar energéticamente sus recursos, cambiar de modelo energético y hacer una mejor gestión de sus residuos.
El objetivo final de cualquier modelo de cálculo de huella de carbono debe ir orientado a la vez a un objetivo de reducción de costes, al tiempo que de mejora en la gestión. Por lo tanto, este tipo de estudios siempre deben ser vistos como un proyecto de reducción y ahorro, pero nunca como un gasto de tiempo o recursos.
Es importante también recalcar que el ámbito de aplicación del modelo de cálculo debe ser definido al principio del proyecto. Dependiendo de si queremos realizar un análisis de emisiones del ciclo de vida de un producto o bien el análisis de las emisiones de una empresa o instalación, deberemos utilizar diferentes herramientas y parámetros.
Los análisis más eficaces son los que se inician por un modelo sencillo de cálculo y se van desarrollando hasta donde vemos que las oportunidades de mejora son mayores que el esfuerzo para conseguirla y, por lo tanto, es recomendable construir un modelo interno de cálculo sencillo y accesible para que nuestra organización controle perfectamente sus ventajas y constate sus resultados.
También es esta una inversión en un proyecto aprovechable como herramienta comercial, dentro de una campaña de Marketing, en la que se difundirá su posición como pionera en la mejora de la sostenibilidad, lo que indudablemente aportará buena imagen a nuestra organización.
Por último, remarcar que las empresas y sus integrantes formamos parte de la sociedad, por lo que debemos sentirnos responsables de mantener el equilibrio natural y mejorar nuestro entorno, estando implicados en los proyectos de sostenibilidad por pura responsabilidad social empresarial.
Jose Francisco Hernandez
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